Duro día para Carlos Alcaraz en el Masters 1000 ATP de Miami, donde abrió su palmarés de títulos de esta categoría en 2022. Esta vez sufrió su peor tortura, a manos de un inspirado Grigor Dimitrov, que acabó con la racha triunfal de quien llegó como campeón del Masters 1000 ATP de Indian Wells.
Dimitrov, 32 años y nº 12 mundial, hizo que el español, 20 años y nº 2, hincara la rodilla con un recital de tenis. La mejor versión de quien fuera llamado en sus inicios 'Baby Federer' desquició a Alcaraz, que se sentía fuerte con nueve victorias consecutivas.
Hubo un momento de rebeldía del murciano, pero no le alcanzó para sobrevivir. Dimitrov se impuso por 6-2 y 6-4 en 1h.32', clasificándose para semifinales. Este viernes, a las 20:00 horas, Daniil Medvedev-Jannik Sinner. No antes de las 00:00 horas, el búlgaro se las verá con Alexander Zverev.
Sin Carlos Alcaraz, primer cabeza de serie, Miami se quedó con su ansiado pleno de los cuatro preclasificados, que hubiera sido histórico. Falló el español, en el momento más inesperado porque venía pegando fuerte. Volvió a caer con su verdugo la temporada anterior en Shanghai. Segunda derrota ante un oponente a quien había superado en sus tres primeros enfrentamientos.
"La bola ésta no pesa, no hace nada", se quejaba Alcaraz, que no conseguía dar mordiente a la pelota, que tomase efectos, que subiera para arriba. Sentía que el duelo era directo, como le gusta a Dimitrov, que recordó al antiguo nº 3 mundial, al campeón de las ATP Finals. Una eterna promesa un tanto díscola, irregular, de rachas, con un talento descomunal pero sin solidez.
Liberado de los pecados de juventud, maduro por edad y experiencias, sin presión, Dimitrov desparramó puro tenis ante un Alcaraz que aguantó hasta que vio que todos los premios se los llevaba el búlgaro, más acertado en puntos cruciales.
De repente, en pleno 'partidazo', 3-0 Dimitrov, que salvó bola de 'break' para no se adelantase Alcaraz, a quien a continuación sí cazó. Todo remando a favor del centroeuropeo, que se sintió iluminado. Uno de esos días en que todo sale bien. Disfrutó, para castigo de un Alcaraz cada vez más tenso.
El 6-2 desvelaba el estado de gracia de Dimitrov, escondía que Alcaraz había estado al quite durante muchos minutos. "Da igual que me queje o no, no puedo hacer esta mierda. Tengo que centrarme de una vez", hablaba Alcaraz con su equipo. También había monólogos, estaba parlanchín de tan agobiado que se notaba.
Dimitrov sumó 24 de 32 puntos para ponerse 4-1 en el segundo set. Lo metía todo, siempre en modo avasallador, con máxima agresividad, al límite. Tocado por la varita mágica, se atrevía con todo, desesperando al español.
A favor de Alcaraz, que aun al límite de un ataque de nervios, fue capaz de reaccionar, evitar unos instantes el KOT. Pareció cerca cuando remontó bola de 'break' para 5-1 y saque de Dimitrov. Se rebeló contra su mala fortuna, se dejó ir. A garrotazos pensó que obraba el milagro: parcial de 3-0, 4-4 en el marcador.
Hace unas temporadas, Dimitrov hubiera dudado. Veterano ya, sin urgencias, aguantó el tirón. Tanto que decidió al resto. Sentenció un premio por el que apostó con toda su magia.
Alcaraz, fuera del torneo. A pensar en la tierra batida, si la empieza en Montecarlo o se va directo al Godó. Necesitará respirar hondo, olvidar esta cuarta derrota de la temporada: Alexander Zverev (cuartos de Australia), Nicolás Jarry ('semis' de Buenos Aires) y Tiago Monteiro, en Río tras tener que retirarse por lesión de tobillo sólo comenzar.