UNA GENIALIDAD DE RIQUELME DERROTA AL MALLORCA Y ACERCA AL ATLéTICO A LA CHAMPIONS

Un madrugador y buen gol de Riquelme le dio al Atlético una victoria que le deja a tiro la próxima Liga de Campeones. La derrota deja al Mallorca con la angustia de no certificar aún la salvación. Sin Griezmann, sancionado, y despojado de la jerarquía de De Paul, en el banco, el duelo fue una prueba de fuego para los futbolistas de Simeone.

Pareció que Aguirre tenía pensado un partido largo, con más control de balón de habitual. Menos juego directo de lo normal y más amasar la pelota. El plan se lo quebró Riquelme a los cinco minutos con una maniobra que mezcló sorpresa y finura. Recogió en la medialuna un despeje de cabeza de Nastasi y con un recorte con la espuela se sacó de encima a Mascarell y a Raíllo. Bien perfilado, sacó un derechazo raso y ajustado que sorprendió a Rajkovic. Como carrilero alternándose con Lino, Riquelme quizá firmó su mejor partido del curso. Estuvo sólido en defensa, sin despistes. En ataque se asoció bien en vertical. Ha enseñado hechuras de buen pelotero en su primer año en el primer equipo del Atlético tras su paso por. El próximo curso deberá ser el de su reválida.

El tanto dejó al Mallorca más desnortado de lo esperado. Sorprendió ver a un equipo de Aguirre sin morder y con esa querencia al juego más combinado que dejaba sin sentido esa punta de ataque con Abdón y Muriqi. Este pudo confirmar que Witsel se ha erigido en el mejor central del Atlético. Le ganó por abajo en las anticipaciones y por arriba le buscaron poco sus compañeros en el primer acto.

Ante ese extraño Mallorca se edificó un Atlético sin concesiones atrás y seguro con la pelota. En esta última faceta jugó un papel trascendental Mario Hermoso en todo el primer tiempo. Fue un centrocampista más para crear superioridades en el medio y en los pasillos que desnortó a defensas y medios locales. Fue precisamente Hermoso el que tuvo el 0-2 en una buena combinación del Atlético. Correa vio y dio el último pase para que el central se plantara escorado ante Rajkovic. Su zurdazo se estrelló en el lateral de la red.

Debió darse cuenta Aguirre de que su equipo debía volver a su fútbol más natural. Se acabó el manoseo de la pelota para intentar jugar más directo. Eso propició la primera aparición seria de Muriqi. Darder cerró un centro y el kosovar no peinar lejos de Oblak. Esta fue la única amenaza del Mallorca en todo el primer acto. Para el segundo, Simeone tuvo que dejar en el banquillo a Hermoso. Se supone que por lesión, porque había estado inmenso en los primeros 45 minutos. Entró Molina y Azpilicueta ejerció de central zurdo. No perdió el control el Atlético. Llorente tuvo el 0-2 y Darder y Larin obligaron a Oblak a realizar dos paradas de mérito. Pero no cargó de centros al área el Mallorca todo lo que se esperaba. No le dejó el Atlético.

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