"NO PUEDO NI TIRAR": FERRARI EN SU PARTICULAR 'DíA DE LA MARMOTA'. ¿SABRá DESPERTARSE?

"Si es que no puedo ni tirar…", se lamentó Carlos Sainz al bajar de su monoplaza tras el Gran Premio de España. De la segunda a la quinta posición en caída libre. Leclerc embarrancó en el Q1 y terminó desorientado por su monoplaza y fuera de los puntos. Mercedes pasó por encima del madrileño, el mismo fin de semana en el que incorporó una importante evolución aerodinámica. Como Ferrari, aunque bastante menos ambiciosa.

El equipo italiano salió noqueado de Montmeló ante el comportamiento del SF23, sobre todo a estas alturas de la temporada. Sus pilotos están luchando al límite en cada sesión con una montura recalcitrante, siempre en el filo de la navaja. Un mérito que quizá no aprecien en su medida quienes les observan desde el exterior, porque al menor despiste se encuentran mirando al cielo. Como cuando Sainz le comentó a su ingeniero tras el accidente del monegasco en Miami: "La parte de atrás, ¿no?". "La parte de atrás…", le contestaron.

"No puedo atacar más allá del 60% del coche", se lamentó Sainz. Ferrari ofrece ya escenas que asemejan a la famosa película El Día de la Marmota. Desde el pasado verano hasta hoy sigue en un bucle que no parece romperse salvo con una hoja en blanco para su monoplaza. Si Mercedes comprendió en la pretemporada de Baréin que el concepto inicial del W14 debía ser desechado sin contemplaciones, Ferrari tardó algunas semanas más. La cuestión es ¿podrá remontar el equipo italiano esta temporada? ¿Está trabajando ya para 2024, sin reconocerlo expresamente? Mientras el monoplaza confirma haber ha tocado techo para alcanzar a Red Bull, cabe plantear si el problema que impide a Ferrari volver a ganar es estructural. Y si la salida de Mattia Binotto podría tener algo que ver en su estancamiento técnico.

Involución total

Leclerc sufrió dos salidas de pista en Miami. En una curva, el SF23 sufrió subviraje, y en la siguiente sobreviraje, se lamentó el monegasco. En Montmeló, señaló algo anómalo en su monoplaza en el Q1 de Montmeló. El equipo no encontró nada anómalo o, al menos, no lo anunció públicamente. Pero resultó excepcional que un piloto de su categoría cayera de esa manera en el primer asalto. "No entiendo qué estamos haciendo mal, pero es algo seguro. Pasé del primer juego duro al segundo duro en el último sprint, hice exactamente lo mismo. Pero el coche se está comportando de una manera completamente diferente", se quejó tras la carrera española. Sainz solo pudo llevar su coche a meta con unos neumáticos que se deshacían tan pronto tiraba, y fue aplastado por los dos Mercedes y Checo Pérez.

Montmeló es una pista especialmente cruel para desnudar un monoplaza, y parece que la peor posible para el SF23. "Creo que los botes y las debilidades en las curvas de alta velocidad nunca vamos a ser competitivos aquí", certificó Sainz. Las curvas largas y veloces machacan al monoplaza italiano. Lo que faltaba, unido a la degradación. Tras año y medio de vida y evolución, el SF75/23 ya un cadáver, técnicamente hablando, si se trata de volver a ganar. Desde que empezara el dominio en 2022, la involución es inapelable. Incluso Aston Martin ha superado en varias pistas al SF23.

Tan solo un poco de maquillaje

"El principal problema es la consistencia", sentenció Fred Vasseur tras la carrera. "Es muy difícil entenderlo y arreglarlo, porque no siempre es el mismo problema. No creo que fuera degradación de neumático. Podría serlo si atacas más", explicó el francés. Pero, cuando lo hizo Sainz, descubrió que le faltaba pólvora en sus neumáticos. De hecho, sus pilotos reciben pronto en carrera un mensaje habitual. "Usad los neumáticos poco a poco", les dijeron. Sainz comentó que fue lo que hizo durante las diez primeras vueltas del pasado gran premio. En cuanto le atacó Hamilton comprendió la tortura que le esperaba. ¿Cómo es posible que Ferrari se encuentre tan desorientando a estas alturas de la película? En cada gran premio se sigue repitiendo la misma escena cuando suena el despertador.

Como el resto de los equipos, Ferrari tuvo que adaptar en 2023 su máquina a la segunda fase de la directiva antiporpoising, que obligó a elevar 15 milímetros el monoplaza. Paralelamente, se pretendía mejorar la velocidad punta, debilidad del pasado del SF75 a costa de rendimiento en curva. El monoplaza italiano parece que ha sido "descuadrado" en su afán de evolucionar el concepto original, totalmente distinto al de Red Bull y Mercedes. Y tan competitivo a comienzos de la pasada temporada. A juzgar por lo visto en Montmeló, Ferrari se pierde en un laberinto al que le cuesta encontrar salida.

Ferrari inició un proceso de tímida transformación en Montmeló con otros pontones y un nuevo fondo. No suponía en absoluto un gran cambio sobre la base existente, algo que solo podrá llegar con una nueva montura. Tan sólo busca hacer la vida más fácil a los pilotos. Una mano de maquillaje para ocultar las arrugas. El primer balance no pudo ser más desconcertante, y Ferrari confía en que Montreal sea más benigno por su configuración, sin grandes curvas rápidas. Sin embargo, Ferrari corre el peligro, de mantenerse la tendencia de Montmeló, de bloquearse en el tercer o cuarto puesto en la jerarquía. ¿Y si Alonso hubiera salido por delante del madrileño, como creía que era posible, en Montmeló?

La marcha de Binotto

El patrón de Ferrari en los últimos tiempos plantea dudas sobre su capacidad técnica para superar a Red Bull y Mercedes. El equipo alemán cortó por lo sano, hasta el punto de modificar radicalmente su liderazgo técnico recuperando a James Allison, el anterior responsable. La inesperada marcha de Mattia Binotto, sin embargo, descabezó la cúpula del equipo italiano y desconcertó a la plantilla. Como ingeniero, Binotto contaba con la capacidad de comprender y liderar el área técnica y las necesidades de sus ingenieros. Al poco de su marcha, David Sánchez, el director técnico, tomaba el rumbo de McLaren. También lo hará en breve Laurent Mekies, su director deportivo.

Desde Maranello se desprende falta de liderazgo y acierto técnico, como demuestra el SF23 en estos momentos. Nadie duda del enorme potencial de sus recursos técnicos y humanos, pero, por las razones que fueren, no consiguen explotarse un año tras otro. Binotto logró una cierta progresión técnica durante su mandato, pero le enseñaron la puerta de salida. Por el momento, nada parece haber cambiado, si acaso a peor, en Maranello. Vasseur necesitará tiempo, pero también apoyo.

La marcha de Binotto no ha mejorado el panorama en Ferrari. (EFE/Yoan Valat)

Helmut Marko desveló que pudo retener a Christian Horner ante la oferta que Ferrari le hizo para sustiuir a Binotto. Da la sensación de que la cúpula de la escudería busca soluciones taumatúrgicas para volver a ganar. Fred Vasseur, de momento, ha llegado en solitario y sin grandes ingenieros detrás, como en su día Jean Todt con Michael Schumacher, por ejemplo. Ningún ingeniero de gran renombre parece tomar las maletas rumbo a Maranello. El nebuloso ambiente interno actual y la necesidad de trasladarse a Italia parecen jugar en contra.

Red Bull es un equipo sólido y establecido, de claro liderazgo técnico y humano. Mercedes, otro tanto, y ha tomado medidas drásticas para revertir el arranque fallido con el nuevo reglamento. Aston Martin ha subido escalones de manera imparable para acercarse a la victoria. ¿Ferrari? Viviendo su propio Día de la Marmota.

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