DEUDA CON NAHUEL MOLINA

Llegó siete meses más tarde de lo que deseaba su gran valedor Simeone, discutido por las voces internas que entendían que no no tenía el nivel como para enfrascarse en la dura negociación que planteaba Udinese para acceder a su salida y viviría señalado desde que su debut en el Metropolitano se saldara con una desafortunada actuación con expulsión incluida. Sin embargo, una temporada después, Nahuel Molina es campeón del mundo con Argentina, insustituible en el Atlético tras erigirse en el futbolista con más minutos a sus espaldas y el mejor lateral derecho de LaLiga. De ahí que el club rojiblanco esté en deuda con el mejor fichaje del ejercicio pasado, asumiendo el compromiso de adecuar su estatus a lo que dicta el verde.

Más allá de ir silenciando las críticas y despejando las dudas a lo largo de una temporada en la que acabaría firmando cuatro goles (sólo Griezmann, Morata, Correa y Carrasco marcarían más) y otras tantas asistencias (el cuarto de la plantilla, tras Griezmann, De Paul y Carrasco), cabe recordar que Molina se desempeñaría como uno de los puntales del equipo figurando en los escalones salariales más bajos del Atlético. De hecho, ni siquiera llega a la mitad de los emolumentos que perciben alguno de sus compañeros en la zaga.

Es precisamente por esas enormes diferencias entre unos y otros por donde el Atlético ha entendido la necesidad de revisar las condiciones de la auténtica revelación del equipo. Un propósito desde las oficinas del Cívitas Metropolitano que incluso ha sido trasladado al propio jugador tras reconocerle su gran temporada y su empeño por revertir su situación a base de hechos sobre el terreno de juego. Eso sí, con una economía tan condicionada por las salidas que se produzcan y por el ajuste del cinturón en cuanto a inversiones, aún no se ha plasmado nada sobre el papel, quedando todo en un compromiso verbal de que, en cuanto sea posible, se proceda a hacer justicia con Molina.

Un activo del club

Aunque el aterrizaje de Nahuel no se correspondería con el cartel de un lateral que en el Calcio ya había dejado una hoja de servicios de 10 goles y 10 asistencias en 68 partidos, lo cierto es que tras una sola temporada se trata de uno de los mayores activos del Atlético. No en vano, tras ser el jugador más utilizado por Simeone (3.730 minutos, por delante de los 3.630 y los 3.424 de las dos grandes estrellas del equipo, Griezmann y Oblak), un fijo para Scaloni (gol incluido en el Mundial) y contar con toda una carrera por delante a sus 25 años, Molina constituye una de las piezas más apetecibles en el mercado para los clubes poderosos, más allá de que a día de hoy es feliz en Madrid y se ha adaptado a la perfección al equipo rojiblanco.

De hecho, tal es el peso que ha ganado en solo once meses que incluso condiciona a sus competidores por el puesto. Así, pese a que Doherty llegó para darle descanso, se iría con sólo 16 minutos en su haber, mientras que Arnau Martínez, que veía con buenos ojos la llegada este verano, también asume que no hay sitio estando Molina, tal y como tendrá que hacer también el hombre que acabe llegando para vivir a su sombra.

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